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CATECISMO
DE HEIDELBERG PRIMERA
PARTE: DE LA MISERIA DEL HOMBRE. DOMINGO 1. 1. Pregunta: ¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte? Respuesta: Que yo, con cuerpo y
alma, tanto en la vida como en la muerte (a), no me pertenezco a mí mismo
(b), sino a mi fiel Salvador Jesucristo (c), que me libró del poder del
diablo (d), satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis
pecados (e), y me guarda de tal manera (f) que sin la voluntad de mi Padre
celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer (g) antes es necesario
que todas las cosas sirvan para mi salvación (h). Por eso también me asegura,
por su Espíritu Santo, la vida eterna (i) y me hace pronto y aparejado para
vivir en adelante según su santa voluntad. 2. Pregunta: ¿Cuántas cosas debes saber para que, gozando de esta consolación, puedas vivir y morir dichosamente? Respuesta: Tres: (a) La primera,
cuán grande son mis pecados y miserias (b). La segunda, de qué manera puedo
ser librado de ellos. (c) Y la tercera, la gratitud que debo a Dios por su
redención.(d) DOMINGO
2. 3. Pregunta: ¿Cómo conoces tu miseria? Respuesta: Por la Ley de Dios (a). 4 . Pregunta: ¿Qué pide la Ley de Dios de nosotros? Respuesta: Cristo nos enseñó
sumariamente en Mateo cap. 22:37-40: Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este
es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y los
Profetas (a). 5. Pregunta: ¿Puedes cumplir todo esto perfectamente? Respuesta: No,(a) porque por
naturaleza estoy inclinado a aborrecer a Dios y a mi prójimo (b). DOMINGO
3. 6. Pregunta: ¿Creó, pues, Dios al hombre tan malo y perverso? Respuesta: No, Al contrario.Dios
creó al hombre bueno (a) haciéndolo a su imagen y semejanza (b), es decir, en
verdadera justicia y santidad,para que rectamente conociera a Dios su
Creador, le amase de todo corazón y bienaventurado viviese con El
eternamente, para alabarle y glorificarle (c). 7. Pregunta: ¿De dónde procede esta corrupción de la naturaleza humana? Respuesta: De la caída y
desobediencia de nuestros primeros padres Adán y Eva en el paraíso (a), por
ello, nuestra naturaleza ha quedado de tal manera corrompida, que todos somos
concebidos y nacidos en pecado (b). 8. Pregunta: ¿Estamos tan corrompidos que somos totalmente incapaces de hacer el bien, e inclinados a todo mal ? Respuesta: Ciertamente (a); si no
hemos sido regenerados por el Espíritu de Dios (b). DOMINGO
4. 9. Pregunta: ¿No es Dios injusto con el hombre, al pedirle en su Ley que haga lo que no puede cumplir? Respuesta: No (a), Dios creó al
hombre en condiciones de poderla cumplir (b); pero el hombre por instigación
del diablo (c) y su propia rebeldía, se privó a sí y a toda su descendencia,
de estos dones divinos. 10. Pregunta: ¿Dejará Dios sin castigo, tal desobediencia y apostasía? Respuesta: De ninguna manera; antes
su ira se engrandece horriblemente (a), tanto por el pecado original, como
por aquellos que cometemos ahora y quiere castigarlos, por su perfecta
justicia, temporal o eternamente (b). Según ha dicho El mismo: Maldito todo
aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la Ley,
para hacerlas (c). 11. Pregunta: ¿No es Dios también misericordioso? Respuesta: Dios es misericordioso
(a); pero también es justo (b). Por tanto su justicia exige que el pecado que
se ha cometido contra su Suprema Majestad sea también castigado con el mayor
castigo, que es pena eterna, así en el cuerpo como en el alma. SEGUNDA
PARTE: LA REDENCION DEL HOMBRE. Domingo
5. 12. Pregunta: Si por el justo juicio de Dios merecemos penas temporales y eternas, ¿No hay alguna posibilidad de liberarnos de estas penas y reconciliarnos con Dios? Respuesta: Dios quiere que se dé
satisfacción a su justicia (a): por eso es necesario que la satisfagamos
eternamente por nosotros mismos o por algún otro (b). 13. Pregunta: ¿Pero podemos satisfacerla por nosotros mismos ? Respuesta: De ninguna manera: antes
acrecentamos cada día nuestra deuda (a). 14. Pregunta: ¿Podría hallar ese alguien que siendo simple criatura pagase por nosotros? Respuesta: No, Primero porque Dios
no quiere castigar en otra criatura, la culpa de la cual el hombre es
responsable (a), Segundo, porque una simple criatura es incapaz de soportar
la ira eterna de Dios contra el pecado y liberar a otros de ella (b). 15. Pregunta: ¿Entonces, que mediador y redentor debemos buscar? Respuesta: Uno que sea el verdadero
hombre (a) y perfectamente justo (b) y que sea mas poderoso que todas las
criaturas, es decir, que sea al mismo tiempo verdadero Dios (c). Domingo
6. 16. Pregunta: ¿Por qué debe ser verdadero hombre y perfectamente justo? Respuesta: Porque la justicia de
Dios exige que la misma naturaeza humana que pecó, pague por el pecado (a);
el hombre que es pecador, no puede pagar por otros (b). 17. Pregunta: ¿Por qué debe ser también verdadero Dios? Respuesta: Para que, por la
potencia de su divinidad (a), pueda llevar en su humanidad (b) la carga de la
ira de Dios (c), y reparar y restituir en nosotros la justicia y la vida (d). 18. Pregunta: Mas ¿Quién es este mediador, que al mismo tiempo es verdadero Dios (a), y verdadero hombre perfecamente justo (c)? Respuesta: Nuestro Señor Jesucristo
(d), el cual nos ha sido hecho por Dios, sabiduría y justicia, satisfacción y
perfecta redención (e), 19. Pregunta: ¿De dónde sabes todo esto? Respuesta: Del Santo Evangelio, del
cual Dios reveló primeramente en el paraíso (a), y depués lo anunció por los
santos patriarcas (b) y profetas (c), y lo hizo representar por los
sacrificios y las demás ceremonias de la Ley (d): y al fin lo cumplió por su
Hijo unigénito (e). Domingo
7. 20. Pregunta: ¿Son salvados por Cristo todos los hombres que perecieron en Adán? Respuesta: No todos (a), sino sólo
aquellos que por la verdadera fe son incorporados en El y aceptan sus
beneficios (b). 21. Pregunta: ¿Qué es la verdadera fe? Respuesta: No es sólo un seguro
conocimiento por el cual considero cierto todo lo que el Señor nos ha
revelado en su palabra (a), sino también una verdadera confianza (b) que el
Espíritu Santo (c), infunde en mi corazón, por el Evangelio (d), dándome la
seguridad, de que no sólo a otros sino también a mí mismo Dios otorga la remisión
de pecados, la justicia y la vida eterna (e), y eso de pura gracia y
solamente por los méritos de Jesucristo (f). 22. Pregunta: ¿Qué es lo que debe creer el Cristiano? Respuesta: Todo lo que se nos ha
prometido en el Santo Evangelio (a), sumariamante contenido en el Símbolo
Apostólico, en cuyos artículos se expresa la fe universal e infalible de
todos los cristianos. 23. Pregunta: ¿Qué dicen estos artículos? Respuesta: Creo en Dios Padre,
todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único
hijo, nuestro Señor; que fue concebido por el Espíritu Santo, nació de María
Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado; descendió a los infiernos,y al tercer día resucitó de entre los
muertos; subió a los cielos; está sentado a la diestra de Dios, Padre
todopoderoso, de donde vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en
el espíritu Santo; una Santa Iglesia cristiana católica (1), la Comunión de
los Santos; la remisión de los pecados, la resurrección del cuerpo y la vida
eterna. Amén. Domingo
8. 24. Pregunta: ¿En cuántas partes se dividen estos artículos? Respuesta: En tres. La Primera: De Dios Padre y de nuestra creación . La Segunda: De Dios Hijo y de nuestra redención. La Tercera: De Dios Espiritu Santo y nuestra santificación. 25. Pregunta: Si no hay más que una Esencia Divina (a), ¿Por qué nombras tres: Padre, Hijo y Espíritu Santo? Respuesta: Porque Dios se manifestó
así en su palabra (b), de manera que estas tres personas son el único,
verdadero y eterno Dios. DE DIOS PADRE Y DE NUESTRA
CREACION. Domingo
9. 26. Pregunta: ¿Qué crees cuando dices: creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra? Respuesta: Creo en el Padre de
nuestro Señor Jesucristo, quien de la nada creó el cielo y de la tierra, con
todo lo que en ellos hay (a), sustentándolo y gobernándolo todo por su eterno
consejo y providencia (b), es mi Dios y mi Padre por amor de su hio
Jesucristo (c), En él confío de tal manera que no dudo de que me proveerá de
todo lo necesario para mi alma y mi cuerpo (d). Y aún más, creo que todos los
males que puedo sufrir por su voluntad, en este valle de lágrimas, los
convertirá en bien para mi salvación (e). el puede hacerlo como Dios
todopoderoso (f), y quiere hacerlo como Padre benigno y fiel (g). Domingo
10. 27. Pregunta: ¿Qué es la providencia de Dios? Respuesta: Es el poder de Dios
omnipotente y presente en todo lugar (a), por el cual sustenta y gobierna el
cielo, la tierra y todas las criaturas de tal manera (b), que todo lo que la
tierra produce, la lluvia y la sequía (c), la fertilidad y la estirilidad, la
comida y la bebida, la salud y la enfermedad (d), riquezas y pobrezas (e), y
finalmente todas las cosas no acontecen sin razón alguna como por azar, sino
por su consejo y voluntad paternal (f). 28. Pregunta: ¿Qué utilidad tiene para nosotros este conocimiento de la creación y providencia divina? Respuesta: Que en toda adversidad
tengamos paciencia (a), y en la prosperidad seamos agradecidos (b), y
tengamos puesta en el futuro, toda nuestra esperanza en Dios nuestro padre
fidelísimo (c), sabiendo con cereteza que no hay cosa que nos puede apartar
de su amor (d), pues todas las criaturas, están sujetas a su poder de tal
manera que no pueden hacer nada sin su voluntad (e). DE DIOS HIJO Y DE NUESTRA
REDENCION. Domingo
11. 29. Pregunta: ¿Por qué el hijo de Dios es llamado Jesús, que significa Salvador? Respuesta: Porque nos salva y libra
de todos nuestros pecados (a), y porque en ningún otro se debe buscar ni se
puede hallar salvación. Respuesta: No, porque aunque de
boca se gloríen de tenerle por Salvador, de hecho niegan al único Salvador
Jesús (a): pues necesariamente resulta, o que Jesús no es perfecto Salvador o
que aquellos que con verdadera fe le reciben por Salvador tienen que poseer
en El todo lo necesario para su salvación (b). Domingo
12. 31. Pregunta: ¿Por qué se le llama Cristo, es decir: ungido? Respuesta: Porque fue ordenado del
Padre y ungido del Espíritu Santo (a), para ser nuestro supremo profeta y
maestro (b), que nos ha revelado plenamente el secreto consejo y voluntad de
Dios acerca de nuestra redención (c), para ser nuestro único y supremo
pontífice (d) quien por el sólo sacrificio de su cuerpo nos ha redimido (e),
e interecede continuamente delante del Padre por nosotros (f), para ser
nuestro eterno Rey que nos gobierna por su palabra y su espíritu y nos guarda
y conserva la redención que nos ha adquirido (g). 32. Pregunta: Pues, ¿Porqué te llaman Cristiano (a)? Respuesta: Porque por la fe soy
miembro (b) de Jesucristo y participante de su unción (c), para que confiese
su nombre (d) y me ofrezca a El, en sacrificio vivo y agradable (e) y que en
esta vida luche contra el pecado y Satanás con una conciencia limpia y buena
(f) y que, después de esta vida reine con Cristo eternamente sobre todas las
criaturas. Domingo
13. 33. Pregunta: ¿Por qué se llama a Cristo el unigénito hijo de Dios, si nosotros también somos hijos de Dios? Respuesta: Porque Cristo es el hijo
eterno y natural de Dios (a); pero nosotros hemos sido adoptados por gracia
como hijos de Dios por amor de él (b). 34. Pregunta: ¿Por qué le llamamos nuestro Señor? Respuesta: Por que rescatando
nuestros cuerpos y almas de los pecados, no con oro o plata, sino con su
preciosa sangre, y librandonos del poder del Diablo, nos ha hecho suyos (a). Domingo
14. 35. Pregunta: ¿Qué crees cuando dices: que fue concebido por el Espíritu santo y nació de María virgen? Respuesta: Que el eterno Hijo de
Dios, el cual es (a) y permanece (b) verdadero y eterno Dios, tomó la
naturaleza verdaderamente humana de la carne y sangre de la virgen María (c),
por obra del Espíritu Santo (d), para que juntamente fuese la verdadera
simiente de David (e), semejante a sus hermanos (f) excepto en el pecado (g). 36. Pregunta: ¿Qué fruto sacas de la santa concepción y nacimiento de Cristo? Respuesta: Que es nuestro Mediador
(a), y con su inocencia y perfecta santidad cubre mis pecados en los cuales
he sido concebido y nacido, para que no aparezcan en la presencia de Dios
(b). Domingo
15. 37. Pregunta: ¿Qué es lo que crees cuando dices: padeció? Respuesta: Que todo el tiempo que
en este mundo vivió y especialmente al fin de su vida , sostenía en el cuerpo
y el alma la ira de Dios contra el pecado de todo el género humano (a), para
que con su pasión , como único sacrificio propiciatorio (b), librara nuestro
cuerpo y alma de la eternacondenación (c), y nos alcanzase la gracia de Dios,
la justicia y la vida eterna (d). 38. Pregunta: ¿Por qué padeció bajo el poder de Poncio Pilato juez? Respuesta: Para que, inocente,
condenado por el juez político (a), nos librase del severo juicio de Dios,
que había de venir sobre nosotros (b). 39. Pregunta: ¿Es más importante el haber sido crucificado, que morir de otro modo? Respuesta: Sí, porque este género
de muerte me garantiza que él cargó sobre sí mismo la maldición sentenciada
sobre mí (a), por cuanto la muerte de cruz era maldita de Dios. Domingo
16. 40. Pregunta: ¿Por qué fue necesario que Cristo se humillase hasta la muerte? Respuesta: Porque la justicia de
Dios (a) no se podía satisfacer por nuestros pecados, sino con la misma
muerte del Hijo de Dios (b). 41. Pregunta: ¿Por qué fue también sepultado? Respuesta: Para testificar que
estaba verdaderamente muerto (a). 42. Pregunta: Ya que Cristo murió por nosotros, ¿Por qué hemos de morir también nosotros? Respuesta: Nuestra muerte no es una
satisfacción por nuestros pecados (a), sino una liberación del pecado y un
paso hacia la vida eterna (b). 43. Pregunta: ¿Qué provecho recibimos además del sacrificio y muerte de Cristo en la cruz? Respuesta: Por su poder nuestro
viejo hombre está crucuficado, muerto y sepultado juntamente con El (a), para
que, en adelante, no reinen más en nosotros las perversas concupiscencias y
deseos de la carne (b), sino que nos ofrezcamos a El en sacrificio agradable (c). 44. Pregunta: ¿Por qué se añade: descendió a los infiernos? Respuesta: Para que en mis
extremados dolores y grandísimas tentaciones me asegure y me sostenga con
este consuelo, de que mi Señor Jesucristo, por medio de las inexplicables
angustias, tormentos, espantos y turbaciones infernales de su alma, en los
cuales fue sumido en toda su pasión (a), pero especialmente clavado en la
cruz, me ha librado de las ansias y tormentos del infierno (b). Domingo
17. 45. Pregunta: ¿Qué nos aprovecha la resurrección de Cristo? Respuesta: Primero: Por su
resurrección ha vencido a la muerte, para hacernos participantes de aquella
justicia que conquistó por su muerte (a). Segundo: También nosotros somos
resucitados ahora por su poder a una nueva vida (b). Tercero: la resurrección
de Cristo, cabeza nuestra, es una cierta prenda de nuestra gloriosa
resurrecciónc. Domingo
18. 46. Pregunta: ¿Qué entiendes por: subió a los cielos? Respuesta: Que Cristo, a la vista
de sus discípulos, fue elevado de la tierra al cielo (a) y que está allí para
nuestro bien (b), hasta que vuelva a juzgar a los vivos y a los muertos (c). 47. Pregunta: Luego, ¿No está Cristo con nosotros hasta el fin del mundo como lo prometido? (a). Respuesta: Cristo es verdadero Dios
y verdadero hombre: en cuanto a la naturaleza humana ahora ya no stá en la
tierra (b), pero en cuanto a su deidad, majestad, gracia y espíriu en ningún
momento está ausente de nosotros (c). 48. Pregunta: Pero si la naturaleza humana no está en todas partes donde está la divina ¿No se separan con esto las dos naturalezas en Cristo? Respuesta: De ninguna manera:
porque dado que la divinidad es incomprensibley está presente en todo lugar
(a), resulta necesariamente que en efecto está fuera de la naturalezahumana
que ha tomado (b), perocon todo y con eso está en ella y queda unida a ella
personalmente. 49. Pregunta: ¿Qué beneficios nos da la ascención de Cristo al cielo? Respuesta: Primero: El es nuestro
intercesor en el cielo delante del Padre (a). Segundo: Que tenemos nuestra
carne en el cielo para que por ello, como una garantía , estemos seguros, de
que él siendo nuestra cabeza, nos atraerá a sí como miembros suyos (b).
Tercero. Que desde allí nos envía su Espíritu como prenda recíproca (c), por
cuya virtud buscamos, no las cosas de la tierra sino las de arriba, donde
está sentado a la diestra de Dios. Domingo
19. 50. Pregunta: ¿Por qué se añade: está sentado a la Diestra de Dios, Padre todopoderoso? Respuesta: PorqueCristo subió al
cielo para mostrarse allí como cabeza de su Iglesia (a), por quien el Padre
gobierna todas las cosas (b). 51. Pregunta: ¿De qué nos sirve esta gloria de Cristo, nuesra cabeza? Respuesta: Primero: Para que el
Espíritu Santo derrame en nosotros, sus miembros, los dones celestialesa. y
Segundo: para protegernos y ampararnos de todos nuestros enemigosb. 52. Pregunta: ¿Qué consuelo te ofrece la vuelta de Cristo para juzgar a los vivos y a los muertos? Respuesta: Que en todas las
miserias y persecuciones, con plena confianza, espero del cielo como juez, a
Aquel mismo que primeramente se puso delante del juicio de Dios por mí y
alejó de mí toda maldición (a); el cual echará a todos los enemigos suyos y
míos en las penas eternas (b); y a mí, con todos los elegidos, me conducirá
al gozo del cielo y a la gloria eterna (c). DE DIOS ESPIRITU SANTO Y DE
NUESTRA SANTIFICACION. Domingo
20. 53. Pregunta: ¿Qué crees del Espíritu Santo? Respuesta: Que con el Eterno Padre
e Hijo, es verdadero y eterno Dios (a). Y que viene a morar en mí (b) para
que, por la verdadera fe, me haga participante de Cristo y de todos sus
beneficios (c), me consuele (d) y quede conmigo eternamente (e). Domingo
21. 54. Pregunta: ¿Qué crees de la santa Iglesia cristiana católica? Respuesta: Que el Hijo de Dios (a),
desde el principio hasta el fin del mundo (b), de todo el género humano (c),
congrega, guarda y proteje para sí (d), por su Espíritu y su palabra (e) en
la unidad de la verdadera fe (f), una comunidad, elegida para la vida eterna
(g); de la cual yo soy un miembro vivo (h) y permaneceré para siempre (i). 55. Pregunta: ¿Qué entiendes por la comunión de los santos? Respuesta: Primero, que todos los
fieles en general y cada uno en particular, como miembros del Señor Jesucristo,
tienen la comunión de El y de todos sus bienes y dones (a). Segundo, que cada
uno debe sentirse obligado a emplear con amor y gozo los dones que ha
recibido, utilizándolos en beneficio de los demás (b). 56. Pregunta: ¿Qué crees de la remisión de los pecados? Respuesta: Creo que Dios, por la
satisfacción de Cristo, no quiere acordarse jamás de mis pecados, ni de mi
naturaleza corrompida, con la cual debo luchar toda la vida (a), sino que
gratuitamente me otorga la justicia de Cristo (b) para que yo nunca venga a
condenación (c). Domingo
22. 57. Pregunta: ¿Qué consuelo te da la resurrección de la carne? Respuesta: Que no sólo mi alma
después de esta vida será llevada (a) en el mismo instante a Cristo, su
cabeza, sino que también está mi carne, siendo resucitada por la potencia de
Cristo, será de nuevo unida a mi alma y hecha conforme al glorioso cuerpo de
Cristo (b). 58. Pregunta: ¿Qué consolación te ofreceel artículo de la vida eterna? Respuesta: Que ahora siento en mi
corazón un principio de la vida eterna (a), después de esta vida, gozaré de
una cumplida y perfecta bienaventuranza que ningún ojo vió ni oído oyó, ni
entendimiento humano comprendió, y esto para que ella alabe a Dios para
siempre ( b). DE LA JUSTIFICACION. Domingo
23. 59. Pregunta: ¿Qué te aprovecha el creer en todas estas cosas? Respuesta: Que delante de Dios soy
justo en Jesucristo,y heredero de la vida eterna (a). 60. Pregunta: ¿Cómo eres justo ante Dios? Respuesta: Por la sola verdadera fe
en Jesucristo (a), de tal suerte que, aunque mi conciencia me acuse de haber
pecado gravemente contra todos los mandamientos de Dios, no habiendo guardado
jamás ninguno de ellos (b),y estando siempre inclinado a todo mal (c), sin
merecimiento alguno mío (d), sólo por su gracia (e), Dios me imputa y da (f)
la perfeca satisfacción (g), justicia y santidad de Cristo (h) como si no
hubiera yo tenido, ni cometido algún pecado, antes bien como si yo mismo
hubiera cumplido aquella obediencia que Cristo cumplió por mí (i), con tal
que yo abrace estas gracias y beneficios con verdadera fe (j). 61. Pregunta: ¿Por qué afirmas ser justo sólo por la fe? Respuesta: No porque agrade a Dios
por la dignidad de mi fe, sino porque sólo la satisfacción, justicia y
santidad de Cristo, son mi propia justicia delante de Dios (a), y que yo no
puedo cumplir de otro modo que por la fe (b). Domingo
24 62. Pregunta: ¿Por qué no pueden justificarnos ante Dios las buenas obras, aunque sólo sea una parte? Respuesta: Porque es necesario que
aquella justicia, que ha de aparecer delante del uicio de Dios, sea
perfectamente cumplida y de todo punto conforme a la Ley Divina (a); y
nuestras buenas obras, aun las mejores en esta vida, son imperfectas y
contaminadas de pecado (b). 63. Pregunta: Luego, ¿Cómo es posible que nuestras obras no merezcan nada, si Dios promete remunerarlas en la vida presente y en la venidera? Respuesta: Esta remuneración no se
da por merecimiento, sino por gracia (a). 64. Pregunta: Pero esta doctrina, ¿no hace a los hombres negligentes e impíos? Respuesta: No, porque es imposible
que no produzcan frutos de gratitud los que por la fe verdadera han sido
injertados en Cristo (a). DE LOS SACRAMENTOS. Domingo
25 65. Pregunta: Si sólo la fe nos hace participantes de Cristo y de todos sus beneficios, dime, ¿de dónde procede esta fe? Respuesta: Del Espíritu Santo (a)
que la hace obrar por la predicación del Santo Evangelio, encendiendo
nuestros corazones, y confirmándola por el uso de los sacramentos (b). 66. Pregunta: ¿Qué son los Sacramentos? Respuesta: Son señales sagradas y
visibles, y sellos instituidos por Dios, para sernos declarada mejor y
sellada por ellos la promesa del Evangelio; a saber, que la remisión de los
pecados y la vida eterna, por aquel único sacrificio de Cristo cumplido en la
cruz, se nos da de gracia no solamente a todos los creyentes en general, sino
también a cada uno en particular (a). 67. Pregunta: Entonces la palabra y los Sacramentos ¿tienen como fin llevar nuestra fe al sacrificio de Cristo cumplido en la cruz, como el único fundamento de nuestra salvación ? (a) Respuesta: Así es, porque el
Espíritu Santo nos enseña por el Evangelio y confirma por los Sacramentos,
que toda nuestra salud está puesta en el único sacrificio de Cristo ofrecido
por nosotros en la cruz. 68. Pregunta: ¿Cuántos sacramentos ha instituido Cristo en el Nuevo Testameno? Respuesta: Dos: El Santo Bautismo y la Santa Cena. DEL SANTO BAUTISMO. Domingo
26 69. Pregunta: ¿Por qué el Santo bautismo te asegura y recuerda que eres participante de aquel único sacrificio de Cristo, hecho en la Cruz? Respuesta: Porque Cristo ha
instituido (a), el lavamiento exterior del agua, añadiendo esta promesa (b),
que tan ciertamente soy lavado con su sangre y Espíritu de las inmundicias de
mi alma, es a saber, de todos mis pecados (c), como soy rociado y lavado
exteriormente con el agua, con la cual se suelen limpiar las suciedades del
cuerpo. 70. Pregunta: ¿Qué es ser lavado con la sangre y el Espíritu de Cristo? Respuesta: Es recibir de la gracia
de Dios, la remisión de los pecados, por la sangre de Cristo, que derramó por
nosotros en su sacrificio en la Cruz (a). Y también ser renovados y
santificados por el Espíritu Santo, para ser miembros de Cristo, a fin de que
muramos al pecado y vivamos santa e irreprensiblemente (b). 71. Pregunta: ¿Dónde prometió Cristo que El nos quiere limpiar tan ciertamente por su sangre y Espíritu como somos lavados por el agua del bautismo? Respuesta: En la institución del
Bautismo, cuyas palabras son éstas: “Id, enseñad a todas las gentes,bautizándolas
en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19) Domingo
27. 72. Pregunta: ¿Es el lavamiento, la purificación misma de los pecados? Respuesta: No (a): porque sólo la
sangre de Jesucristo y el Espíritu Santo nos limpia y purifica de todo pecado
(b). 73. Pregunta: Entonces, ¿Por qué llama el Espíritu Santo al bautismo el lavado de la regeneración y la purificación de los pecados? Respuesta: Dios no habla así sin
una razón justificada, pues El, no sólo quiere enseñarnos que nuestros
pecados se purifican por la sangre y el Espíritu de Cristo, como las
suciedades del cuerpo por el agua (a), sino más aún: certificarnos por este
divino símbolo y prenda que verdaderamente somos limpiados por el lavamiento
interior y espiritual de nuestros pecados, de la misma manera que somos
lavados exteriormente por el agua visible (b). 74. Pregunta: ¿Se ha de bautizar también a los niños? Respuesta: Naturalmente, porque
están comprendidos, como los adultos, en el pacto, y pertenecen a la iglesia
de Dios (a). Tanto a éstos como a los adultos se les promete por la sangre de
Cristo, la remisión de los pecados (b) y el Espíritu Santo, obrador de la fe
(c); por esto, y como señal de este pacto, deben ser incorporados a la
Iglesia de Dios y diferenciados de los hijos de los infieles (d), así como se
hacía en el pacto del Atiguo Testamento por la circuncisión (e), cuyo sustito
es el Bautismo en el Nuevo Pacto (f). DE LA SANTA CENA DE NUESTRO
SEÑOR. Domingo
28. 75. Pregunta: ¿Cómo te asegura y confirma la Santa Cena que eres hecho participante de aquel único sacrificio de Cristo, ofrecido en la cruz, y de todos sus bienes? Respuesta: Porque Cristo me ha
mandado, y también a todos los fieles, comer de este pan partido y beber de
esta copa en memoria suya, añadiendo esta promesa (a): Primero, que su cuerpo
ha sido ofrecido y sacrificado por mí en la cruz, y su sangre derramada por
mis pecados, tan cierto como que veo con mis ojos que el pan del Señor es
partido para mí y que me es ofrecida la copa. Y Segundo, que El tan cierto
alimenta mi alma para la vida eterna con su cuerpo crucificado y con su
sangre derramada, como yo recibo con la boca corporal de la mano del ministro
el pan y el vino, símbolos del cuerpo y de la sangre del Señor. 76. Pregunta: ¿Qué significa comer el cuerpo sacrificado de Cristo y beber su sangre derramada? Respuesta: Significa, no sólo
abrazar con firme confianza del alma toda la pasión y muerte de Cristo, y por
este medio alcanzar la remisión de pecados y la vida eterna (a), sino unirse
más y más a su santísimo cuerpo por el Espíritu Santo (b), el cual habita
juntamente en Cristo y en nosotros de tal manera, que, aunque El esté en el
cielo (c) y nosotros en la tierra, todavía somos carne de su carne y huesos
de sus huesos (d), y que, de un mismo espíritu, (como todos los miembros del
cuerpo por una sola alma ) somos vivificados y gobernados para siempre (e). 77. Pregunta: ¿Dónde prometió Cristo, que tan ciertamente dará a los creyentes en comida y en bebida su cuerpo y sangre, como comen de este pan roto y beben de este vaso ? Respuesta: En la institución de la
cena, cuyas palabras fueron (a) :Nuestro Señor Jesucristo, la noche que fue entregado,
tomó el pan, y habiendo dado gracias , lo partió y dijo: Tomad, comed, esto
es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced en memoria de mí. Asimismo
tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre;haced esto todas las veces que la bebereis, en
memoria de mí. Así, pues, todas las veces que comiereis este pan y bebiereis
esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga (1Cor. 11:23-26). Pablo repite esta promesa cuando
dice: La copa de bendición, que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre
de Cristo ?, El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo ?.
Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo: pues todos
participamos de aquel mismo pan. (1 Cor. 10:16,17). Domingo
29. 78. Pregunta: ¿El pan y el vino se convierten sustancialmente en el mismo cuerpo y sangre de Cristo? Respuesta: De ninguna manera (a),
pues como el agua del Bautismo no se convierte en la sangre de Cristo, ni es
la misma ablución de los pecados, sino solamente una señal y sello de
aquellas cosas que nos son selladas en el Bautismo (b), así el pan de la Cena
del Señor no es el mismo cuerpo (c),aunque por la naturaleza y uso de los
sacramentos (d) es llamado el cuerpo de Cristo. 79. Pregunta: ¿Por qué llama Cristo al pan su cuerpo y a la copa su sangre, o el Nuevo Testamento en su sangre, y Pablo al pan y al vino la comunión del cuerpo y sangre de Cristo ? Respuesta: Cristo no habla así sin
una razón poderosa, y no solamente para enseñarnos que, así como el pan y el
vino sustentan la vida corporal, su cuerpo crucificadoy su sangre derramada
son la verdadera comida y bebida, que alimentan nuestras almas para la vida
eterna (a), más aún, para asegurarnos por estas señales y sellos visibles,
que por obra del Espíritu Santo somos participantes de su cuerpo y sangre tan
cierto como que tomamos estos sagrados símbolos en su memoria y por la boca
del cuerpo (b); y también que su pasión y obediencia son tan ciertamente
nuestras ,como si nosotros mismos en nuestras personas hubiéramos sufrido la
pena y satisfecho a Dios por nuestros pecados. Domingo
30. 80. Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre la Cena del Señor y la misa papal? Respuesta: La Cena del Señor, nos
testifica que tenemos remisión perfecta de todos nuestros pecados por el
único sacrificio de Cristo, que El mismo cumplió en la Cruz una sola vez (a);
y también que por el Espíritu Santo, estamos incorporados en Cristo (b), el
cual no está ahora en la tierra según su naturaleza humana, sino en los
cielos a la diestra de Dios, su padre (c), donde quiere ser adorado por
nosotros (d). 81. Pregunta: ¿Quiénes son los que deben participar de la mesa del Señor? Respuesta: Tan sólo aquellos que se
duelan verdaderamente de haber ofendido a Dios con sus pecados, confiando en
ser perdonados por el amor de Cristo y que las demás flaquezas quedarán
cubiertas con su pasión y muerte. Y que también deseen fortalecer más y más
su fe y mejorar su vida. Pero los hipócritas y los que no se arrepienten de
verdad, comen y beben su condenación. 82. Pregunta: ¿Deben admitirse también a esta Cena,los que por su confesión y vida se declaran infieles e impíos? Respuesta: De ninguna manera,
porque así se profana el pacto de Dios, y se provoca su ira sobre toda la
congregación (a). Por lo cual, la Iglesia debe, según la orden de Cristo y de
sus apóstoles (usando de las llaves del reino de los cielos), excomulgar y
privar a los tales de la Cena, hasta que se arrepientan y rectifiquen su
vida. Domingo 31. 83. Pregunta: ¿Qué son las llaves del reino de los cielos? Respuesta: La predicación del Santo Evangelio y la disciplina eclesiástica: con los cuales se abre el cielo a los fieles, y se cierra a los infieles. 84. Pregunta: ¿De qué manera se abre y se cierra el reino de los cielos por la predicación del Evangelio? Respuesta: Cuando (segúnel
mandamiento de Cristo) públicamente es anunciado y testificado a todos los
fieles en general y a cada uno en particular, que todos los pecados les son
perdonados por Dios, por los méritos de Cristo, todas las veces que abrazaren
con verdadera fe la promesa del evangelio. Al contrario, a todos los infieles
e hipócritas,se les anuncia que la ira de Dios y la condenación eterna caerá
sobre ellos mientras perseveraren en su maldad (a); según testimonio del
Evangelio,Dios juzgará así en esta vida como en la otra. 85. Pregunta: ¿De qué manera se cierra y se abre el reino de los cielos por la disciplina eclesiástica? Respuesta: Cuando (según el
mandamieno de Cristo) aquellos que bajo el nombre de cristianos se muestran
en la doctrina o en la vida ajenos a Cristo, y después de haber sido
fraternalmente amonestados en diversas ocasiones, no quieren apartarse de sus
errores o maldades, son denunciados a la Iglesia o a los que han sido
amonestados por ella. Y si aun no obedecen a la amonestación de éstos, por la
prohibición de los sacramentos, son expulsados de la congregación cristiana,
y por el mismo Dios, del reino de Cristo; y otra vez recibidos, como miembros
de Cristo y de su Iglesia, cuando prometen enmienda y lo demuestran por sus
obras (a). TERCERA
PARTE: DE LA GRATITUD QUE
DEBEMOS A DIOS POR LA SALVACION Domingo 32. 86. Pregunta: Si somos liberados por Cristo de todos nuestros pecados y miserias sin merecimiento alguno de nuestra parte, sino sólo por la misericordia de Dios ¿Por qué hemos de hacer buenas obras? Respuesta: Porque después de que
Cristo nos ha redimido con su sangre, nos renueva también con su Espíritu
Santo a su imagen; a fin de que en toda nuestra vida nos mostremos
agradecidos a Dios por tantos beneficios y que El sea glorificado por
nosotros (b). Además de esto para que cada uno de nosotros sea asegurado de
su fe por los frutos (c). Y finalmente para que, también por la piedad e
integridad de nuestra vida, ganemos a nuestro prójimo para Cristo. 87. Pregunta: Luego, ¿No pueden salvarse aquellos que siendo desagradecidos y perseverando en sus pecados no se conviertan a Dios de su maldad? Respuesta: De ninguna manera,
porque, como lo testifican las Sagradas Escrituras, no herederánel reino de
Dios los fornicarios, los idólatras, los adúlteros, los ladrones, los avaros,
los borrachos, los maldicientes. Domingo 33. 88. Pregunta: ¿De cuantas partes se compone el verdadero arrepentimiento y conversión al Señor ? Respuesta: De dos: la muerte del
viejo hombre, y la vivificación del nuevo (a). 89. Pregunta: ¿En qué consiste la muerte del hombre viejo ? Respuesta: En que sintamos pesar,
de todo corazón, de haber ofendido a Dios con nuestros pecados,
aborreciéndolos y evitándolos (a). 90. Pregunta: ¿Qué es la vivificación del nuevo hombre? Respuesta: Es alegrarse de todo
corazón en Dios por Cristo (a), y desear vivir conforme a la voluntad de
Dios, así como ejercitarse en toda buena obra (b). 91. Pregunta: ¿Qué son las buenas obras? Respuesta: Únicamente aquellas que
se realizan con fe verdadera (a), conforme a la Ley de Dios (b), y se aplican
solamente a su gloria (c); y no aquellas que están fundadas en nuestras
buenas intenciones o sobre instituciones humanas (d). DE LA LEY. Domingo
34. 92. Pregunta: ¿Cuál es la Ley de Dios? Respuesta: Y habló Dios todas estas
palabras: (Exodo 20:1-17; Deut. 5:6 - 21). PRIMER MANDAMIENTO: No tendrás dioses ajenos delante de mí. SEGUNDO MANDAMIENTO: No te harás imagen, ni ninguna semejanzade lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra, No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visitó la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, de los que me aborrecen; y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamienos. TERCER MANDAMIENTO: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. CUARTO MANDAMIENTO: Acuérdate del día de reposo para santificarlo; seis días trabajarás, y harás toda su obra; mas el séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú ni tu hijo, ni tu hija ni tu siervo ni tu criada ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. QUINTO MANDAMIENTO: Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te dá. SEXTO MANDAMIENO: No matarás. SEPTIMO MANDAMIENO: No cometerás adulterio. OCTAVO MANDAMIENTO: No hurtarás. NOVENO MANDAMIENTO: No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. DECIMO MANDAMIENTO: No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. 93. Pregunta: ¿Cómo se dividen estos diez mandamientos? Respuesta: En dos tablas (a): De
las cuales la primera enseña lo que debemos hacer para con Dios; la segunda,
lo que debemos hacer para con nuestro prójimo (b). 94. Pregunta: ¿Qué manda Dios en el primer mandamiento? Respuesta: Que yo, que deseo la
salvación de mi alma, evite y huya de toda idolatría (a), hechicería,
encantemiento, superstición (b), invocación de santos y de otras criaturas
(c); y que conozca rectamente al único verdadero Dios (d), en El sólo confié
(e) con toda humildad (f) y paciencia, a El que de todo corazónle ame (i),
tema (j) y reverencie (k); de tal manera que esté dispuesto a renunciar a
todas las criaturas antes que cometer la menor cosa contra su voluntad (l). 95. Pregunta: ¿Qué es idolatría? Respuesta: Es poner en el lugar que
sólo corresponde al Dios verdadero que se ha revelado por su Palabra, o junto
a El, cualquier otra cosa en la cual se ponga confianza (a). Domingo
35. 96. Pregunta: ¿Qué pide Dios en el segundo mandamiento? Respuesta: Que no representemos a
Dios por medio de alguna imagen o figura (a), y sólo le rindamos culto como
El ha mandado en su Palabra (b). a. Isaías 40:18, 19, 25; Deut. 4:15,16, Rom.
1:23, Hechos 17:20.-b. 1 Sam. 15:23; Deut. 12.30; Mateo 15:9. Respuesta: Ni podemos, ni debemos
representar a Dios de ninguna manera (a), y aun en el caso de que fuese
lícito representar a las criaturas, Dios prohibe hacer o poseer ninguna
imagen destinada a ser adorada o empleada en su servicio (b). 98. Pregunta: ¿No se podrían tolerar las imágenes en las iglesias, como si fuesen libros para enseñar a los ignorantes? Respuesta: No, porque nosotros no
debemos ser más sabios que Dios, que no quiere instruir a su pueblo por
imágenes mudas (a), sino por la predicación viva de su Palabra (b). Domingo
36. 99. Pregunta: ¿Qué nos enseña el tercer mandamiento? Respuesta: Que dejemos de blasfemar
(a) o profanar el nombre de Dios por medio de falsos juramenos (b) y
maldiciones (c), y aún inútiles juramentos; que no nos hagamos partícipes de
tan horrendos pecados al callar cuando los oigamos (d). En una palabra: que
no empleemos el santo nombre de Dios , mas que con temor y veneración (e), a
fin de que El sea rectamente confesado (f), invocado (g) y glorificado por
nuestras palabras y hechos (h). 100. Pregunta: ¿Es tan grave pecado el profanar el nombre de Dios por medio de juramentos y blasfemias, que Dios también se enoja contra aquellos que no se opusieron y no lo prohibieron con todas sus fuerzas? Respuesta: Sí (a), porque no hay
mayor pecado ni cosa que a Dios más ofenda que el profanar su nombre, por lo
cual mandó que esta maldad fuese castigada con la muerte (b). Domingo
37. 101. Pregunta: ¿Se puede jurar santamente en nombre de Dios? Respuesta: Sí, cuando el magistrado
o la necesidad así lo exijan para sostener y confirmar la fe y la verdad,
para la gloria de Dios y el bien de nuestro prójimo. Pues tal manera de
prestar juramento está fundada en la palabra de Dios (a) y, en consecuencia,
ha sido rectamente empleada por los santos, tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento (b). 102. Pregunta: ¿Es lícito jurar por los santos u otras criaturas? Respuesta: No. Porque el legítimo
juramento es una invocación de Dios, por la cual se le pide, que El, como el
que sólo ve los corazones, sea testigo de la verdad, y castigue si el
juramento es falso (a); este honor le corresponde a El (b). Domingo
38. 103. Pregunta: ¿Qué ordena Dios en el cuarto mandamiento? Respuesta: Primero, que el
ministerio de la Palabra y la enseñanza sean mantenidos (a), y que yo
frecuente asiduamente la iglesia, la congregación de Dios, sobre todo el día
de reposo (b), para oir la Palabra de Dios, y participar de los santos
sacramentos (d), para invocar públicamente al Señor (e), y para contribuir
cristianamente a ayudar a los necesitados (f). Domingo
39. 104. Pregunta: ¿Qué manda Dios en el quinto mandamiento? Respuesta: Que muestre a mi padre y
a mi madre y a todos mis superiores, honor, amor y fidelidad, que me someta
obedientemente a sus buenas enseñanzas y castigos (a), soportando también
pacientemente sus flaquezas (b), pues Dios quiere regirnos por medio de ellos
(c). Domingo
40. 105. Pregunta: ¿Qué exige Dios en el sexto mandamiento? Respuesta: Que ni por mis
pensamientos, palabras, actitud y aún menos por mis actos, por mí mismo o por
medio de otro, llegue a injuriar, odiar, ofender o matar a mi prójimo (a),
por el contrario que, renuncie a todo deseo de venganza (b); que no me haga
mal a mi mismo o me exponga temerariamente al peligro (c). Para impedir esto,
el magistrado posee la espada (d). 106. Pregunta: ¿Este mandamiento sólo prohibe matar? Respuesta: Al prohibir la muerte
Dios nos enseña que El detesta todo lo que de ello se origina, como la
envidia (a), el odio (b), la ira (c) y el deseo de venganza, considerando
todo esto como verdadero homicidio (d). 107. Pregunta: ¿Es suficiente, como hemos dicho, el no matar a nuestro prójimo? Respuesta: No; pues Dios,
condenando la envidia, el odio y la ira, quiere que amemos a nuesro prójimo
como a nosotros mismos (a), usando para con él toda benignidad, mansedumbre,
paciencia y misericordia (b), impidiendo hasta donde nos sea posible,el mal
que le podría sobrevenir (c), haciendo bien incluso a nuestros enemigos (d). Domingo
41. 108. Pregunta: ¿Qué enseña el séptimo mandamiento? Respuesta: Que Dios maldice toda
deshonestidad (a), y en consecuencia nosotros debemos también aborrecerla de
todo corazón (b) y vivir casta y sobriamente (c), sea en el santo estado de
matrimonio, o en otro estado (d). 109. Pregunta: ¿En este mandamiento, prohibe sólo Dios el adulterio y pecados semejantes? Respuesta: Como nuestro cuerpo y
alma son templo del Espíritu Santo, Dios quiere que conservemos ambos puros y
santos.Para ello prohibe toda impureza en nuestras acciones, nuestros gestos,
nuestras palabras (a), nuestros pensamientos y deseos (b), y todo lo que
incita al hombre a ello (c). Domingo
42. 110. Pregunta: ¿Qué prohibe Dios en el octavo mandamiento? Respuesta: Dios prohibe no
solamente el robo (a) y la rapiña (b) que castiga la autoridad , sino que
llama también robo a todos los medios malos y engaños con los cuales tratamos
de apoderarnos del bien de nuestro prójimo (c), ya sea por la fuerza por una
apariencia de derecho, como son: el peso falso,la mala mercadería (d), la
moneda falsa, la usura (e), o por cualquier otro medio prohibido por Dios.
También prohibe toda avaricia (f) y todo uso inútil de sus dones (g). 111. Pregunta: ¿Qué te ordena Dios en este mandamiento? Respuesta: Buscar en la medida de
mis fuerzas, aquello que sea útil a mi prójimo, de hacer con él lo que yo
quisiera que él hiciese conmigo (a), y trabajar fielmente a fin de poder
asistir a los necesitados en su pobreza (b). Domingo
43. 112. Pregunta: ¿Qué se pide en el noveno mandamiento? Respuesta: Que no levante falsos
testimonios contra nadie (a), que no interprete mal las palabras de los demás
(b), que no sea ni detractor ni calumniador (c). Que no ayude a condenar a
nadie temerariamente y sin haberle escuchado (d); que huya de toda clase de
mentira y engaño como obras propias del diablo (e), si no quiero provocar contra
mi la gravísima ira de Dios (f), Que en los juicios como en cualquier otra
ocasión, ame la verdad, la anuncie y la confiese sinceramente (g), Y por
último que procure con todas mis fuerzas defender la honra y reputación de mi
prójimo (h). Domingo
44. 113. Pregunta: ¿Qué ordena el décimo mandamiento? Respuesta: Que ni por deseo o
pensamiento nuestros corazones se rebelen jamás contra alguno de los
mandamientos de Dios, sino que en todo tiempo aborrezcamos el pecado de todo
corazón y nos deleitemos en toda justiciaa. 114. Pregunta: ¿Pueden guardar perfectamente estos mandamientos los que son convertidos a Dios ? Respuesta: No, porque incluso los
más santos, en tanto estén en esta vida, no cumplen más que con un pequeño
principio de esta obediencia (a). Sin embargo, empiezan a vivir firmemente no
sólo según algunos, sino todos los mandamientos de Dios (b). 115. Pregunta: Entonces, ¿Por qué quiere Dios que se nos predique tan rigurosamente los diez mandamientos, si no hay nadie que pueda observarlos perfectamente en esta vida? Respuesta: Primeramente, para que
durante toda nuestra vida conozcamos más y más, cuán grande es la inclinación
de nuestra naturaleza a pecar (a), y así busquemos con más fervor la remisión
de nuestros pecados y la justicia de Cristo (b). Después , que nos apliquemos
sin descanso a suplicar a Dios la gracia de su Espíritu Santo, para que cada
día seamos más renovados a su imagen, hasta que, después de esta vida,
alcancemos la perfección que nos es propuesta (c). DE
LA ORACION. Domingo
45. 116. Pregunta: ¿Por qué es necesaria la oración a los cristianos ? Respuesta: Porque es el punto
principal de nuestro agradecimiento que Dios pide de nosotros (a), y porque
El quiere dar su gracia y su Espíritu Santo sólo a aquellos que se lo piden
con oraciones ardientes y contínuas, dándole gracias (b). 117. Pregunta: ¿Qué es necesario en la oración para que ésta agrade a Dios y sea oida por El? Respuesta: Primero, que pidamos de
todo corazón (a), al solo y verdadero Dios,el cual se ha manifestado en su
palabra (b), todas las cosas que El desea que le pidamos (c). Segundo, que
reconociendo sinceramente toda nuestra pobreza y miseria (d), nos humillemos
delante de su majestad (e). Y por último que apoyándonos sobre este firme
fundamento (f), sepamos que, pese a nuestra indignidad, El escuchará
nuesraoración por amor del Señor Jesucristo (g), como nos lo ha prometido en
su palabra (h). 118. Pregunta: ¿Qué nos ha mandado Dios que le pidamos? Respuesta: Todo lo que es necesario
para el alma y para el cuerpo (a), lo cual, nuestro Señor Jesucristo, ha
incluído en la oración que él mismo nos ha enseñado. 119. Pregunta: ¿Qué dice esta oración? Respuesta: (a) Padre nuestro que
estas en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Sea hecha u
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestropan
cotidiano, y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque
tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Domingo
46. 120. Pregunta: ¿Por qué nos pide nuestro Señor Jesucristo que nos dirijamos a Dios diciendo: “Padre nuestro?” Respuesta: Para despertar en
nosotros, desde el principio de nuestra oración,el respeto filial y la
confianza en Dios que deben se elfundamento de nuestra oración. Es a saber,
que Dios ha venido a ser nuestro Padre por Jesucristo, y nos concede con
mayor seguridad la cosas que le pedimos con fe, que nuestros padres nos
otorgan la cosas de este mundo (a). 121. Pregunta: ¿Por qué se añade: Que estás en los cielos? Respuesta: A fin de que no tengamos
ninguna idea terrestre de la majestad celestial de Dios (a), y esperemos de
su omnipotencia lo que necesitamos para nuestro cuerpo y nuestra alma (b). Domingo
47. 122. Pregunta: ¿Cuál es la primera súplica? Respuesta: Santificado sea tu
nombre,es decir, concédenos ante todo que te conozcamos rectamente (a), y que
santifiquemos y celebremos tu omnipotencia, sabiduría, bondad, justicia,
misericordia y verdad, que se manifiestan en toda tus obras (b). Concédenos
también, que toda nuestra vida, en pensamiento, palabra y obra, sea siempre
dirigida a este fin: que tu santísimo nombre no sea por nosotros blasfemado
ni menospreciado, sino honrado y glorificado (c). Domingo
48. 123. Pregunta: ¿Cuál es su segunda súplica? Respuesta: Venga tu reino, es
decir; reina de tal modo sobre nosotros por tu Palabra y Espíritu, que nos
sometamos cada vez más y más a Ti (a). Conserva y aumenta tu iglesia (b).
Destruye las obras del diablo y todo poder que se levante contra Ti, lo mismo
que todos losconsejos que se toman contra tu Palabra (c), hasta que la
plenitud de tu reino venga (d), cuando Tú serás todo en todos (e). Domingo
49. 124. Pregunta: ¿Cuál es la tercera súplica? Respuesta: Sea hecha tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra. Es decir, haz que nosotros y
todos los hombres, renunciemos a nuestra propia voluntad (a), y con toda
humildad obedezcamos la tuya que es la única buena (b), para que cada uno de
nosotros cumpla su deber y vocación, tan fiel y gozosamente (c) como lo hacen
los ángeles en el cielo (d). Domingo
50. 125. Pregunta: ¿Cuál es la cuarta súplica? Respuesta: Danos hoy nuestro pan
cotidiano, es decir, dígnate proveernos de todo lo que es necesario para el cuerpo
(a), a fin de que, por ello reconozcamos que Tú eres la única fuente de todo
bien (b), y que, ni nuestras necesidades, ni trabajo, ni incluso los bienes
que Tú nos concedes, no nos aprovechan antes nos dañan sin tu bendición (c).
por tanto, concédenos que apartemos nuestra confianza de todas las criaturas,
para ponerla sólo en Ti (d). Domingo
51. 126. Pregunta: ¿Cuál es la quinta súplica? Respuesta: Perdónanos nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; es decir: por
la preciosa sangre de Jesucristo, dígnate no imputarnos, a nosotros pobres
pecadores, nuestros pecados ni la maldad que está arraigada en nosotros (a),
así como nosotros sentimos, por este testimonio de tu gracia, el firme
propósito de perdonar de todo corazón a nuestro prójimo (b). Domingo
52. 127. Pregunta: ¿Cuál es la sexta súplica? Respuesta: No nos metas en
tentación, más líbranos del mal; es decir, dado que nosotros mismos no
podríamos subsistir un solo instante (a), y dado que, nuestros enemigos
mortales como son: Satanás (b), el mundo (c) y nuestra propia carne (d), nos
hacen continua guerra; dígnate sostenernos y fortificarnos por la potencia de
tu Espíritu Santo, para que podamos resistirles valerosamente, y no
sucumbamos en ese combate espiritual (e), hasta que logremos finalmente la
victoria (f). 128. Pregunta: ¿Cómo concluyes esta oración? Respuesta: Porque tuyo es el reino,
el poder, y la gloria, por todos los siglos. Esto es: Te pedimos todo esto,
porque siendo nuestro Rey Todopoderoso, Tú puedes y quieres concedernos toda
clase de bien (a), y esto para que, no a nosotros, sino a tu santo nombre sea
todo gloria (b) por todos los siglos. 129. Pregunta: ¿Qué significa la palabra: Amén? Respuesta: Amén quiere decir: esto
es verdadero y cierto. Porque mi oración es más ciertamente escuchada por
Dios, que lo que yo siento en mi corazón, que he deseado de El (a). Last modified: 05-Mar-2002 |